Las semillas de linaza, las cuales se agregan fácilmente a los panes, ensaladas y batidos, aumentan el valor nutricional de cualquier plato. Muélalos en un molinillo de café limpio y espolvoréelos con satisfacción, sabiendo que está alimentando su cerebro con ácidos alfa-linoléicos esenciales y ácidos grasos omega-3. ¡Qué delicia!
Las semillas de linaza
La linaza fue uno de los primeros cultivos que fueron adaptados, y esta planta floreciente se ha utilizado durante mucho tiempo para producir fibras para cuerdas y telas finas. Si bien las semillas se han consumido desde la antigüedad, hoy sabemos mucho más sobre la excelente nutrición que brindan. Ricas en fitoquímicos, fibra, grasas saludables y proteínas, las semillas de linaza también son abundantes en minerales y vitaminas. Incluyendo el cobre, manganeso, magnesio, fósforo, potasio y zinc, al igual que vitaminas B, vitamina E y ácido fólico.
Las semillas de linaza contienen grandes cantidades de lignanos, que son fitoquímicos que pueden proteger contra los cánceres dependientes de hormonas, como el cáncer de mama y de próstata. Además las semillas de linaza también pueden ayudar a aliviar los síntomas asociados con la menopausia.
Además de ser poderosos antioxidantes, los lignanos proporcionan fibra soluble en agua, la cual promueve un tracto gastrointestinal saludable. Muchas personas usan la linaza para aliviar el estreñimiento y mejorar la regularidad intestinal. Sin embargo, debido a que las semillas de linaza tienen el potencial de desencadenar síntomas gastrointestinales como inflamación, lo mejor es incorporarlos a su dieta lentamente, y con el tiempo aumentando gradualmente la cantidad.
Las grasas saludables que se encuentran en las semillas de linaza son los ácidos grasos Omega-3, particularmente el ácido alfa-linolénico. Los ácidos grasos Omega-3 son esenciales para la salud del corazón porque disminuyen la presión arterial, la inflamación y el estrés oxidativo. También juegan un papel crucial en la función cerebral, y para el buen crecimiento y desarrollo. Debido a que el cuerpo no puede producir ácidos grasos Omega-3, debemos obtenerlos de los alimentos.
Las semillas de linaza, las cuales pueden llegar a ser doradas o cafés, generalmente se venden enteras o molidas. Las semillas de linaza enteras son difíciles de digerir, así que es mejor molerlas antes de usarlas para obtener los beneficios nutricionales completos. Las semillas de linaza enteras están protegidas por conchas duras, por lo que tienen una vida útil mucho más larga que las semillas de linaza molidas, que pueden volverse rancias cuando los aceites delicados que contienen están expuestos al oxígeno. Por lo tanto, es posible que se prefiera comprar semillas enteras y molerlas en pequeñas cantidades (quizás solo la porción que sea desea consumir en una semana). La mejor forma de moler las semillas de linaza es en un molinillo de café, el cual debe usarse solo para las semillas de linaza (de lo contrario, las semillas molidas tendrán un sabor similar al café) o también puede hacerse en una licuadora.
Aunque las semillas de linaza enteras se almacenan mejor en el congelador, una cantidad pequeña de semillas de linaza se puede mantener durante varios días en un recipiente herméticamente cerrado en el refrigerador. Las semillas de linaza molidas están listas para agregarse a los batidos, los cereales o las ensaladas. También se pueden utilizar en productos horneados, como panes y galletas. Aunque los ácidos grasos Omega-3 en las semillas de lino son sensibles al calor, las temperaturas interiores de la mayoría de los productos horneados no son lo suficientemente altas como para dañar estas grasas.
<b>Reimpreso de Súper Alimentos: El Top Ten de la Naturaleza (Superfoods: Nature’s Top Ten) por Myrna Chandler Goldstein, MA y Mark Allan Goldstein, MD (Summertown, Tennessee: Books Alive, 2014): pp 14-15.</b> www.bookpubco.com
